domingo, 11 de enero de 2015

Quien se dice cristiano, pero no vive de acuerdo al Evangelio...

Juan el Bautista, que hizo una magnífica pre-misión para la Evangelización y Catequesis de Jesús, decía a sus paisanos: "Yo bautizo con agua; pero en medio de vosotros, está uno al que no conocéis..." (Jn. 1, 26).

Creo que podríamos repetir con el Bautista: "en medio de vosotros hay uno a quien no conocéis".

En efecto: no se conoce a Jesús cuando no se vive el Evangelio, que se dice conocer y en todas sus partes, o cuando se selecciona sólo aquello que agrada, que no molesta o que no supone savrificios y esfuerzos incómodos para nuestra comodidad.

No se conoce a Jesús cuando se 'emplea' el Evangelio para los demás y no para uno mismo. Sobre todo en aquello de "ver la paja en el ojo ajeno y no ver el tronco en el ojo propio".

Si el mundo anda mal no es tanto por culpa de los malos (porque eso supondría admitir que el mal tiene más fuerza que el bien, lo que es falso) sino por las "virtudes" de los buenos (¡?) cristianos. Preguntemos a todos los bautizados y el 99% dirá que es bueno. Entre estos están los que no rezan nunca, o casi nunca; los que no cumplen con la obligación de la Misa de los días domingosy de precepto (que ya quedan tan pocos); los que roban y mienten sin ningún escrúpulo de conciencia; los que no saben ni quieren saber de perdonar ni de pedir perdón; los que están a favor del divorcio y del aborto; los que creen en 'brujerías' y 'curanderismos'; los que se cansan de ser siempre buenos... 

En pocas palabras: quien se dice cristiano, pero no vive de acuerdo al Evangelio, quien no actúa y no se comporta según los criterios de Cristo, ese no solo no es cristiano sino más bien un enemigo de Cristo, porque hace una falsa "presentación" de Él. 

Hoy celebramos el Bautismo de Jesús. El mismo "Espíritu Santo bajo la forma corporal de una paloma", y la voz del Padre Eterno hacen la 'presentación' de Jesús en el mundo, declarando que es el "hijo muy querido de Dios, en quien el Padre tiene su máxima alegría" (Evangelio de hoy). Sí, ese Hijo que se humilla, que se presenta cargado con nuestros pecados y se hace bautizar (¡tremenda humillación!) ¿lo conocemos?

(De "El mundo anda mal gracias a las "virtudes" de los cristianos, en: Comunidad, n. 745, 8 de enero de 1989)

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