"Tanto
para reclamar los derechos como para cumplir adecuadamente con las
propias obligaciones es necesario el conocimiento, la instrucción, la
formación. Como cristianos es necesario interesarnos más por nuestra fe.
El Buen cristiano es el que sabe dar razones de su fe y no el que
amontona pretendidas excusas y explicaciones para defender posturas y
actitudes contrarias a la fe que dice sustentar. El que no es capaz de
reconocer sus limitaciones y sus errores tampoco es capaz de comprender a
otros. De allí surgen los conflictos, los malestares, los enconos, los
distanciamientos, la tirantez, etc" (p. 169)
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