Celebramos hoy [el próximo Domingo] la Fiesta de Jesucristo Rey, recordando en este día que
Dios Padre, "consagró Sacerdote eterno y Rey del Universo, a su Hijo
único, nuestro Señor Jesucristo, para que sometiendo a su poder la creación
entera, entregara a su majestad infinita, un reino eterno y universal: el reino
de la verdad y la vida; el reino de la santidad y la gracia; el reino de la
justicia, del amor y de la paz" (Prefacio).
Sin lugar a dudas, hoy más que nunca conviene celebrar esta fiesta.
Cuesta mucho hoy al hombre la fidelidad a Cristo, como lo señalaba hace poco
el Papa. Cuesta reconocer y aceptar el sentido y la realidad incuestionable de
la total y absoluta dependencia de Dios. Ese mal uso de la libertad, que
señalábamos la semana pasada, tiene aquí su máxima expresión: desligarse de
Dios.
Hoy no sólo se oponen al reinado de Cristo los dominados por una
actitud patológica de abierta oposición a la Iglesia (ateísmo, materialismo,
anticlericalismo, secularismo), sino, y esto es lo más doloroso, "aquellos
católicos que parecen haberse olvidado de la necesidad que tiene, hoy
especialmente, la Iglesia, peregrina y paciente, de ser amada con fidelidad
filial... aquellos que han transformado el testimonio positivo que el pueblo de
Dios esperaba de ellos, en la arrogante función de jueces y críticos de la,
con todo, siempre santa Iglesia de Dios, y a veces, atribuyéndose
ilegítimamente la facultad de examinar libre mente su vida y su doctrina, se
han alineado tranquilamente en las filas contrarias a las suyas
propias..." (Pablo VI, 6 noviembre 1974).
Una de las formas más sutiles de socavar los cimientos del Reino de
Cristo, es la "relativización" de los dogmas, de la doctrina, de la
Palabra de Dios. Se pretende quitar fuerza y seguridad a las cosas
fundamentales de nuestra fe, con expresiones ambiguas, con opiniones falaces,
con afirmaciones audaces y arteras, con cizañas doctrinales disfrazadas de
"teologías", de "renovaciones y actualizaciones", etc.,
etc. Tengamos cuidado y estemos alertas; ya nos lo previene Jesús:
"Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con piel de
ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis"
(Mat. 7,15)…
En esta festividad de Cristo Rey vuelvo a insistir que es necesario
ilustrarnos, conocer bien la doctrina católica, la de siempre, y ante
sospechosas novedades sepamos ser prudentes y no aceptar fácilmente cualquier
afirmación sin consultar seriamente. (Mano a mano con el Obispo de San Rafael, p. 37-38)
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