miércoles, 26 de noviembre de 2014

La Iglesia no es cruel con los divorciados vueltos a casar

Publicado en COMUNIDAD, n. 646, 22 de febrero de 1987

"La Iglesia no es cruel con los divorciados vueltos a casar


La Voluntad divina no puede ser ambivalente, pues equivaldría a negar la unidad en Dios, de donde proceden todas las obligaciones morales. Si la Iglesia admitiera a la Sagrada Comunión a los divorciados vueltos a casar, significaría que no toma en serio a Dios ni a su santa voluntad.

Convivir sin tener relaciones conyugales
- Hay casos de personas que conviven sin tener relaciones conyugales...
- En efecto, habría que juzgar cuándo se da el caso en que un hombre y una mujer no conviven como cónyuges. Mi experiencia pastoral me dice que tal relación entre un hombre y una mujer arrepentidos no sólo es posible, sino que puede conducir a una mutua y rica relación interior.
- ¿Pero no sería anticristiano, como algunos dicen, exigir de ambos que renuncien a la sexualidad?
- Le respondo con una contrapregunta: ¿No podría igualmente un hombre, cuya esposa padece una larga enfermedad grave, por ejemplo una esclerosis múltiple, decir que él necesita usar la sexualidad y por eso está autorizado a buscarse una nueva compañera?

La Iglesia vinculada a Dios y no a la opinión pública
- ¿No pide la opinión pública de muchos países una mayor comprensión hacia estas personas?
- Ciertamente la opinión pública imperante pide con insistencia que se admita a la Sagrada Comunión a estas personas, pero repito que la Iglesia está vinculada a  la Voluntad de Dios y no tiene por qué correr con o detrás de la opinión pública, y mucho menos convertir la indisolubilidad del matrimonio en una palabra hueca, sin eficacia, sin consecuencias, sin contenido"

Tomado de: Palabra 249, IV-1986 (210)

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