martes, 16 de diciembre de 2014

Católicos aborteros



La austera figura de San Juan Bautista, todo un símbolo y un sig­no hasta en su forma de vestir y de alimentarse, predicando la conver­sión, administrando un bautismo no de justificación sino de penitencia, nos sirve de modelo. Releamos el Evangelio de este domingo. Admira­ble lección de sinceridad nos da el Bautista: "Confesó y no lo ocultó, sino que dijo abiertamente: Yo no soy el Mesías"." 
Este testimonio de Juan ¡cuántos interrogantes puede plantearnos! Muchos se empeñan en proclamar, defender con palabras su "catolicismo", porque por sus obras jamás se puede deducir que son católicos. 
¡Cuánta inmoralidad, injusticia, abusos, etc., se cometen por parte de "católicos"! ¡Cuántos hogares deshechos porque los "católicos" que un día "juraron" ante el altar prometiéndose respeto, amor y fidelidad, ahora demuestran que esa promesa era pura mentira, por lo menos por parte de uno de ellos! 
¡Cuántas vidas en adulterio por parte de los que se profesan "católicos"! ¡Cuántos inocentes masacrados, asesinados por "médicos católicos" mediante la práctica del aborto, que no sé da ni entre los brutos, pero que se practica entre los racionales por un falso "sentido humanitario", cuando en realidad lo que a unos interesa es la comodidad y el egoís­mo, "católicos aborteros", y a otros les interesa el lucro, "médicos aborteros"!
Si desciendo tan crudamente a estos detalles, aunque me repugne, es porque debo hacerlo, porque es tiempo que empecemos a ser lo que decimos y decir lo que somos. (...)
El nacimiento de Cristo debe hacernos plantear en serio esta cuestión: ser y decir lo que somos, y no decir lo que no somos.
(fragmento de:  "Yo soy... no soy", en: Mano a mano con el Obispo de San Rafael, p. 171-172)

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