jueves, 18 de diciembre de 2014

Obligaciones y no derechos



 Hoy se reclaman "derechos" por los cuatro costados. Y está bien, lo que no está bien, es que muchísimos no quieren reconocer "sus obligaciones".

"Maestro, ¿qué debemos hacer?", le preguntaban a Juan, en las orillas del Jordán, los penitentes. Es también la pregunta que debe­mos formular nosotros. Todos obtendremos la misma respuesta: cum­plir con exactitud nuestras obligaciones y no defender tanto, con ver­dadero descaro y sin fundamento serio, nuestros caprichos. ¿Sabemos cuáles son nuestras obligaciones? Empecemos por admitir que tenemos "obligaciones". Sé que esta palabrita va a molestar a más de uno. Hoy se reclaman "derechos" por los cuatro costados; todo el mundo reclama "sus derechos". Y está bien, lo que no está bien, es que muchísimos no quieren reconocer "sus obligaciones".

Tanto para reclamar los derechos como para cumplir adecuada­mente con las propias obligaciones es necesario el conocimiento, la instrucción, la formación. Como cristianos es necesario interesarnos más por nuestra fe. El buen cristiano es el que sabe dar razones de su fe, y no el que amontona pretendidas excusas y explicaciones para defen­der posturas y actitudes contrarias a la fe que dice sustentar. El que no es capaz de reconocer sus limitaciones y sus errores tampoco es ca­paz de comprender a otros. De allí surgen los conflictos, los malestares, los enconos, los distanciamientos, la tirantez, etc.

Que en la próxima Navidad, Cristo nos encuentre mejor dispuestos a recibirle mediante una conversión seria y profunda.

(de "La ignorada riqueza del cristiano", en: Mano a mano con el Obispo de San Rafael, p. 169)

No hay comentarios:

Publicar un comentario