lunes, 8 de diciembre de 2014

Inmaculada Concepción

La devoción a la Santísima Virgen nace de la misma naturaleza de la Iglesia, y por tanto está en el corazón del culto y la liturgia. No está librado a pareceres ni opiniones. (...)

Como católicos, como hijos de la Virgen, no nos avergoncemos de aquellas prácticas que tanto bien han hecho a las almas y tanta gloria a Dios y a la Virgen han proporcionado a través de los siglos, como el rezo del Santo Rosario y mejor aún en familia.  


No pocos hoy combaten esta devoción tan sencilla y tan profunda porque toda ella se desarrolla en el clima de la Palabra de Dios meditada, vivida. Nuestro mejor homenaje en este día, y todos los días, será precisamente el de honrar a nuestra Madre con las palabras con las que el mismo Dios la honró: "Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo".

("La Inmaculada Concepción", en: Mano a mano con el Obispo de San Rafael, p. 62-63)

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