martes, 30 de diciembre de 2014

Celebrando a la Sagrada Familia, defendamos la familia

Empecemos por unirnos en la oración en familia, lo demás vendrá por añadidura...

Por ser la familia la "célula primera y vital de la sociedad", es lógico que si queremos una sociedad mejor, más recta, más justa, más santa, donde el "hombre no sea lobo para el hombre", sino que el hombre sea "hermano" para el hombre (...) es lógico y natural que centremos nuestra atención y nuestra acción sobre la familia.

Todos los enemigos de la verdad, del amor, de la justicia, de la honestidad, en una palabra los enemigos de Dios y, por lo mismo, enemigos del hombre y de la sociedad, coinciden en un común denominador: desprestigiar, atacar, desintegrar, destruir y demoler la familia. Este es su objetivo.

Una sociedad sin familias unidas, sin vida armónica, equilibrada, entre sus miembros, es una sociedad sin base, y el proceso de su derrumbe toma una velocidad y un giro al parecer incontenibles. Eso es precisamente lo que quiere el enemigo del hombre.

El único que puede salvar es Dios. Nadie más. Los hombres ya han demostrado su fracaso y es tiempo de hacer un alto, recapacitar en serio y tomar decisiones audaces. Basta ya de ensayos y de inscribirse para "aprendices de brujos". (...)

Es necesario que actualicemos aquel medio por el cual todo nos es posible, por el cual aun lo humanamente imposible se hace posible: aquel medio sin el cual lo fácil se hace difícil y hasta lo posible se hace imposible. Hemos de convencernos de la necesidad de la oración. (...) Se ha querido sintetizar en una frase, ya conocida, la trascendencia y eficacia de la oración en orden a la familia: "FAMILIA QUE REZA UNIDA PERMANECE UNIDA". Y una sociedad compuesta por familias unidas por la oración es una sociedad también unida. Y contra una sociedad unida no hay enemigo ni fuerza capaz de destruirla. (...)

Con el santo Rosario se han ganado importantes batallas contra el mal. Al mal de nuestro tiempo lo venceremos con esta arma espiritual, sencilla, pero eficacísima. (...) Empecemos por unirnos en la oración en familia, lo demás vendrá por añadidura. 
("Recemos el Santo Rosario en familia", en: Mano a mano con el Obispo de San Rafael, p. 66-68)

Comparto dos textos actuales: una entrevista al Cardenal Burke en la que el Cardenal se muestra muy preocupado por la situación actual de la Iglesia y de la familia. El otro texto es una homilía de un sacerdote católico que nos plantea que la contemplación de la Sagrada Familia nos lleva a reconocer la descomposición actual de la familia cristiana en la sociedad occidental, como efecto de la crisis modernista en la Iglesia. Hay que volver al modelo de familia católica para restablecer el tejido moral de la sociedad y la formación adecuada de las conciencias.



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